miércoles, 13 de julio de 2011

5. Dianna: Olor a vainilla

El autobús tarda más de lo normal en llegar. Son las ocho de la mañana y aun no ha llegado. Katie tampoco está. Le envio un mensaje a su bb "¿Dónde estás?" pero no contesta. El autobus llega por fin y subo. Cojo el ipod y empieza a sonar la versión de Glee "Last Christmas". Es una de mis canciones favoritas de Glee. Está cantada por los protagonistas, Finn y Rachel y cuando cantan al unisono sus voces conectan de tal manera que me encanta.
Una vez en el instituto vuelvo a mandar el mismo mensaje a Katie. Es muy raro, ¿que le habrá pasado? Entonces veo a Hayley saludandome con la mano. Voy hacia ella. Le doy dos besos.
- ¿Que tal?- me pregunta
-Muy bien- respondo- ¿Has visto a Katie?
- No, pensaba que vendría contigo como siempre.-
Entonces sonrie y saluda a no se quién. Me giro y al ver que saluda es un chico en moto supongo que es su hermano. Se quita el casco y verifico que es el. Lleva una chica detrás, ¿quien será?
- Mira Hayley, tu hermano se ha hechado novia- digo
No responde solo se limita a intentar descubrir de quien se trata.
La chica se quita el casco también y veo que se trata de Katie.
-¿Katie?- me sorprende bastante, sobretodo porquè apenas sabia que se conocian.
- ¡Dianna, Hayley! ¡Hola chicas!
Se acerca y nos da dos besos. No le da tiempo a abrir la boca para decir nada más porque suena el timbre. Nos despedimos porque ninguna de las tres coincidimos en ninguna clase. La llegada de la hora del descanso se hace larga y aburrida como cada día. Por fin llega.
Salgo de clase y me dirijo a la cafetería. Allí espero a Katie y a Hayley. Entonces me encuentro con Gin. Le saludo y nos damos dos besos. Me recuerda lo del pase de modelos y criticamos a la nueva profesora de italiano. ¡Es una borde! Y luego le comento el ridiculo peinado que lleva el profesor de griego. Acabamos riendo a carcajadas.
- ¿De que ríes Dianna?- dice Katie
- Ah de...- intento hablar pero Gin me interrumpe.
- De nada que te interese- responde ella
Katie se propone a decirle algo pero decide ignorarla y me comenta:
- Tenemos que hablar, cuando acabes ven, estoy con Hayley en esa mesa
- Vale ahora voy para allí.
Se dirige para allí y yo me quedo un rato hablando con Gin. Después me siento en la mesa con Katie y Hayley. Por desgracia no me da tiempo a que katie me cuente eso tan importante ya que se acaba el descanso y toca volver a clase.
Las otras clases se pueden definir como las primeras, aburridas. Pero a las 14.00h, puntual como siempre, suena mi querido timbre. El que me salva de las garras del aburrimiento. Me despido de Hayley y salgo huyendo de allí junto a Katie. Quiero que me cuente lo que ocurre con Angelo. Esta tarde solo haré el vago
En el autobus le pregunto intrigada por lo ocurrido:
- ¿A ti que te ocurre con Angelo?
- Nada que esta mañana me ha traido en moto.
- Hahahaaha ya lo he visto! Que fuerte.
-Si porque he perdido el bus. Lo siento por cierto.
- Eso que me has dejado tirada- digo en broma.
- Anda mujer, que seguro que sin mi no te las arreglas nada mal.
- Haha, era broma. ¿Y que, te has liado con él?
- No, aun no.
Nos miramos y empezamos a reír. Las dos sabemos que en cualquier momento conseguiría liarse con el.
- Pero te gusta de verdad o solo como un rollo más
- Quien me ha gustado de verdad, Dianna? Solo uno, ninguno más...
- Es cierto...........
La conversación se volvió incomoda al recordar a Kevin. Pobre. Decidí cambiar rápidamente de tema.
- Bueno y que tal las clases?
Por suerte sonrió y me empezó a contar una anécdota de su clase de química.
Cuando llegamos nos separamos y nos fuimos cada una en dirección contraria. Me pongo el ipod y sale una de mis canciones favoritas, una de Pitbull y Ne-yo, Give me everything. Me encanta esta canción. Escuchando una canción tras otra llego a mi casa.
Una vez dentro me caliento unos macarrones. Cuando he comido me voy a mi habitación a ver un poco la televisión.
Estoy un buen rato haciendo zapping y oigo como llega mi madre. Bajo corriendo a saludarla. Me abraza y me pregunta como me ha ido la mañana. Me limito a decir que ha sido bastante aburrida. Ella se ríe y me comenta que cuando mi padre fuera a buscar a mi hermana iríamos a presentarnos a unos nuevos vecinos. Me dice que residen en la casa contigua a esta. Mis padres siempre son muy educados y se presentan a los nuevos vecinos. Creo que es la razón por la cual me conoce todo el vecindario.
Cuando llega mi padre con mi hermana nos dirigimos a la casa de al lado para conocer a los nuevos vecinos. Mi madre lleva una de sus tartas de chocolate (están deliciosas). Mi padre pica el timbre y al ver que van a abrir mi hermana, vergonzosa, se esconde tras mi madre. Abre una mujer, no mucho más alta que yo, de mediana edad, no mas de cuarenta-y-cinco. Es rubia teñida y sus ojos están remarcados con un lápiz de un violeta oscuro. Nos saluda y nos dice:
- Hola soy Paola, sois los vecinos de al lado, ¿no es así?
- Correcto y hemos venido a daros la bienvenida, hemos traído un pastel- dice mi madre amablemente- soy Michele y ellos son, Liam, mi marido y Dianna y Bianca mis dos hijas.
- Encantada, pasad por favor- dice sonriendo.
- Muchas gracias- dice mi padre.
Pasamos y Paola llama a su marido:
-Cariño, han venido los vecinos de al lado- dice casi gritando
-Ya bajo- se oye una voz masculina.
Nos hace un gesto para que la sigamos y nos lleva hasta el comedor. Hay muchas cajas, seguramente de la mudanza. Nos sentamos en un sofá, que aun mantiene el plástico transparente que lo envuelve, tal cual se lo mandó la tienda. 
- Siento todo el lío, aun estamos de mudanzas, ¿queréis tomar algo?.- mi madre asiente y Paola frunciendo el ceño grita - Peter baja ahora mismo.
- Si!- se oye otra vez esa voz masculina
La estructura de la casa es idéntica a la mía. Solo que no está amueblada y las paredes sin pintar. De golpe se oye como baja alguien las escaleras. Es un hombre que aparenta un poco mas que Paola. Tiene el pelo negro con un buen numero de canas. Va arreglado con traje y corbata.
- Hola, soy Peter, su marido, siento haber tardado, estoy intentando que buscar unos documentos importantes entre las mil cajas de la mudanza
- Es que es administrador y estamos aqui porque le han trasladado- dice Paola y seguidamente le da un beso en la mejilla.- Yo soy abogada y por suerte puede conseguir también el traslado.
- Yo soy diseñadora de moda y mi marido dueño de una agencia publicitaria.- dice mi madre
Paola se dispone a decir algo pero la voz de un chico le interrumpe.
- Mamá, no encuentro la Xbox, en que caja la has dejado.
Es un chico de mas o menos mi edad, rubio oscuro , con ojos de color miel y una sonrisa encantadora, muy guapo a primera vista. 
- No lo se, creo que está en una caja que pone juegos. Perdonad este es mi hijo, Justin.- nos dice- Cariño, estos son los vecinos, que han venido a presentarse.
- Ah, hola, encantado.
Mi madre otra vez nos presenta y nos da a todos dos besos. Después Peter me pregunta:
- Y vosotras, cuantos años tenéis?
Mi hermana timidamente dice:
- 9 pero cumpliré 10
- Yo tengo 16 y hago 1º de Bachillerato- digo
- Mira igual que Justin- dice Paola y este me sonríe
Entonces suena el móbil de mi padre. Es un mensaje. Lo lee y seguidamente dice:
- Perdonad, pero debo ir al trabajo, hay algunos problemas y he de solucionarlos. 
- Bueno ya mejor nos vamos todos y ya quedaremos otro día para hablar- dice mi madre.
- Eso eso, volved cuando querais y gracias por el pastel.- dice Paola
Se dan dos besos entre ellos y Justin se vuelve hacia mi, me sonríe y me da dos besos para despedirse. No se porque pero cuando sus labios entran en contacto con mi mejilla me viene una sensacion estraña pero agradable. Su pelo huele a vainilla. Me doy dos besos con sus padres y marchamos de la casa.
Paso el resto de la tarde vagueando, no hago los deberes. Por la noche llamo a Katie y le cuento que tengo nuevos vecinos y ella me cuenta que un tal Marco muy pesado le tira la caña por el facebook. De mientras hablo con Hayley por el chat de la bb y comentamos sobre Katie y Angelo y lo ocurrido.  Hago los pocos deberes que tengo y me llaman para cenar.
Hay arroz al curry, a mi padre le sale de maravilla. Mis padres comparten opiniones sobre los nuevos vecinos y mi hermana se dedica a molestarme diciendo tonterías de niña pequeña como: Te gusta el vecino o seguro que seréis novios y os daréis besitos. Siempre que conocemos a algún chico de mi edad hace lo mismo. No tiene remedio.
Al acabar de cenar me hago una ducha rápida y me meto en la cama con el ordenador a ver un nuevo episodio de Glee. Veo que son las doce pasadas y decido meterme en la cama para intentar dormir un poco. Pero al no poder dormir me pongo a escuchar musica y ya casi dormida me doy cuenta de que con la musica encendida toda la noche se me acabará la batería del ipod. Pero ignoro este pensamiento y por fin la parte consciente de mi cerebro desconecta.

martes, 12 de julio de 2011

4. Hayley: 1er día.

Abrí los ojos. Era ya de día. Tenía las sabanas pegadas a mi cuerpo por el sudor. Por mi cabeza pasaban imágenes borrosas de la noche anterior. Miré el reloj: las 6:30. Mis padres ya se habrían levantado. Me costó levantarme pero lo hice: hoy era el primer día de clase. Bueno, en verdad el segundo para los demás estudiantes. Cogí mi albornoz de la silla y fui hacia mi baño. La ducha acabó de despertarme del todo; después, me dirigí a mi fabuloso armario; sonaba la canción de Secrets, (one Republic) y me decidí poner unos pitillos y una camiseta asimétrica oscura, a conjunto con unos peep-toe negros. Como complementos, me decidí por mi anillo plateado y unos pendientes de aro del mismo color, y como no, mis Rayban oscuras. Me miré tres veces al espejo para asegurarme de que no llevaba nada mal combinado y bajé a la cocina: eran las 7:05. Hoy había huevos fritos, salchichas y pan para celebrar nuestro primer día de curso, aunque yo me decanté por unos cereales con leche y un zumo de naranja.
-¡Buenos días!
-Buenos días a todos.
Àngelo comía con afán su comida, al igual que Maxi. Estaban hambrientos, y se les notaba. Papá se iba en ése momento.
-Adiós, hijos que os vaya bien el día.
-Adiós papá.-respondimos todos.
Mi padre nos dio un beso en la mejilla a todos y luego besó con cariño a mamá. Luego cerró la puerta de la cocina y todos oímos de fondo la puerta de la calle como se cerraba.
-Hayley, ¿puedes acercar a Maxi al colegio? Es que aún no tengo coche.
-Claro, mamá.-en ese momento ya me había comido mi desayuno. Dejé el bol y el vaso en la pica y le dije a mi hermano-Vamos enano que llegaremos tarde.
-Sí, ¡qué bien! ¡Por fin subiré a tu moto!
-Bueno, vale pero estate quieto. Adiós mamá. Adiós, Àngelo.
-Adiós.
Cogí mi bolso y las llaves de la moto. Al salir, le di mi casco a Maxi, que se lo puso la mar de contento.
-Agárrate, feo.
-Vale, ¡pero no me digas feo!
Me subí a mi moto, con Maxi agarrado a mi cintura, y la encendí. Salí del garaje y me perdí entre el tráfico de la ciudad. Las calles estaban llenas de estudiantes que iban al instituto; Maxi y yo nos reímos de la pintas de alguna chica que pasaba por el paso de peatones cuando estábamos en el semáforo. Hablamos de empezar en un sitio nuevo, de nuevos amigos, del deporte que hará en la nueva escuela… Y llegamos. Le doy un beso en la mejilla ante todo el mundo para hacerle enrabiar, pero sé que me perdonará: nos llevamos bastante bien. La escuela está llena de niños que gritan, que corren, que lloriquean… que estrés. Maxi se va hacia el que es su grupo escolar y cuando veo que empieza a hablar con otros chicos arranco la moto y me voy hacia mi escuela. Son las 7:47. Me da tiempo de sobras.
Cuando llego solo han pasado 5 minutos. El instituto está lleno de estudiantes con libros, mochilas… me dirijo al aparcamiento de vehículos, donde dejo mi casco enganchado a la moto. Al coger el bolso, se me caen las llaves de casa en el suelo, pero cuando voy a agacharme, una mano es más rápida que la mía y las coge antes que yo. Miro sorprendida a quién tengo delante: es un chico.
-Hola.
-Eh… hola, supongo-respondo.
-¿Cómo que supones?-me contesta con una sonrisa-¿Eres nueva?
Me fijo más en él. Es moreno, tiene los ojos verdes, y parece fuerte y robusto. Y un poco pesado.
-Eh…sí supongo que sí.
-¿Supones mucho, no?
-Sí.
-Vale, ¿quieres que te enseñe el colegio?
-Ni siquiera sé cómo te llamas… ¿Cómo puedo confiar en ti?
-Mi nombre no es importante.
-Bueno, pues a mí sí me importa. ¿Cómo quieres que te hable?
-¿Quieres que te enseñe el colegio?
-Ya me estás cambiando de tema. Pues no quiero, gracias. Me espabilaré muy bien yo sola.
-Está bien, está bien…adiós desconocida.
“Adiós pesado” murmuro para mis adentros mientras me giro. Sé hacer muy bien las cosas yo solita. Entonces me acuerdo de algo, y me giro para hablar con el chico que estaba hablando conmigo pero ya no está.
-Mierda, tiene mis llaves de casa. Al entrar en la escuela estoy muy desorientada. Tengo un mapa en las manos pero no entiendo nada de nada; solo descifro en ese montón de letra apretada que mi taquilla está en el pasillo B, que es la número 24 y que mi contraseña es 12214. Lo demás me da palo leerlo. Mientras me dirijo hacia el pasillo "B". Diviso a la que parece ser Katie en el pasillo. La verdad es que me tranquiliza que esté allí. No conozco a nadie más y Jess parece que no está cerca.
-¡Hey!-me saluda.
-Hola-respondo con una sonrisa.
-¿Cómo va todo?
-Bien, bien. Estoy buscando mi taquilla-en verdad ni me había planteado buscarla.
-Uff, dime qué número tienes.
Rebusqué en los papeles hasta ver que mi taquilla era la 259.
-Tengo la taquilla 259.
-¿Ah sí? Yo tengo la 257. ¿Y te acuerdas de Jess? Ella tiene la 255. Sígueme.
Katie me marea por los pasillos. Me topo con gente que se me queda mirando como si fuera un extraterrestre. Ella sigue impasible al resto de miradas. Voy dejando una multitud de ojos clavados en mi nuca detrás hasta llegar a las que serían nuestras taquillas. Pongo la combinación correspondiente, y al abrirla veo lo deprimente que es: tendría que traer fotos o algo por el estilo si no quería que cada mañana al abrirla me deprimiera. Lo primero que haría sería colocar un grande espejo en la puerta para poderme arreglar entre horas. ¡Odio que la raya de los ojos se me difumine! Katie está mirando su bb cuando acabo de dejar los libros innecesarios en mi “taquilla”.
-Pásame tu pin-le digo señalando el teléfono.
Me va dictando los dígitos y letras.
-Ven, vamos a hacernos una foto juntas.- me dice sacando la bb y acercándose hacia mí.
No sé exactamente qué pose o qué cara hacer así que opto por una de mis sonrisas normales. Katie és muy guapa, no sé qué hacer para no sentirme inferior. No nos parecemos en nada. Y nos hacemos la foto que rápidamente se apresura a colgar en el facebook. Entonces aparece Jess. ¡Qué alegría! Otra cara conocida...
-Hola Hayley, pásame tu pin de la bb.
-Claro, mira, es este.-Se lo deletreo.-alguien del pasillo me empuja al pasar.
-Perdona, ¿Sabes dónde está clase de historia?
-¡¿Haces clase de historia?! Como yo-me responde muy contenta.
La verdad es que me caen muy bien Katie y Jess. Había llegado a pensar que me pasaría el 1er trimestre sola, pero no había sido así por suerte.
Nos dirigimos a clase de historia no sin antes despedirme de Katie. La clase consiste en la Revolución Francesa aunque no presto mucha atención ya que me la sé de memoria. Hablo con Katie y con Jess nos vamos pasando notitas en clase: tiene una letra bastante peculiar, pero me gusta. Cuando estoy explicando a Katie sobre dónde había vivido, que éste colegio no estaba tan mal, me pregunta por la familia: le digo que tengo dos hermanos, uno mayor que yo y otro menor. Me sale una solicitud de amistad. Nombre: Fabian. Acepto.
“Hla, levnta la cabza, dscnocida”
Y lo hago. Veo a un chico, al otro lado de la clase sonriéndome. Es el mismo que el del aparcamiento. Tiene algo en una mano: mis llaves de casa.
“Vas muy mudada xa ir al cole,¿ no?”
Respondo:”Voy como quiero.qin t a dado mi pin?”
“Nadie. Lo e oído por ahí…”
“Tu me as empujao n l pasillo!”
“quieres ts llaves? Pues ven a bscarlas…”
Se acaba el incordio de clase. Cuando Dianna no mira me voy al chico, Fabian.
-Bueno, mis llaves.
-Pero qué borde puedes llegar a ser…
-Sólo quiero mis llaves. Me has dicho que venga y he venido.
-Bueno, toma…
Le arranco de la mano las llaves y me voy.
-Adiós, ¿eh? Ya nos veremos.
Pero qué morro tiene la gente… Me voy hacia el pasillo cagándome en el tío ese… ¿cómo se llamaba? Ah sí Fabio… ¡no! Fabian…bah… ¡qué rabia!
Al salir de clase Dianna y yo vamos hablando de cosas simples hasta que divisamos a Katie en la máquina de bebidas.
-¡Hola chicas!-nos dice Katie.
-¡Hola Katie!-respondo con entusiasmo.
-Hola- dice Dianna mientras sonríe.
-¿Cómo va todo?
-Acabamos de llegar de clase de historia.
-¿Y cómo ha ido?
-Bien. ¿Cómo lleváis las tardes de ocupadas?-contesto.
-Pues bastante libres, porqué no hay mucho que estudiar, acabamos de empezar el trimestre- explica Dianna.
-Sí, es verdad. ¿Qué calor hace hoy, no?- dice Katie.
-Ya ves.
-¿Queréis venir a mi piscina?-intervengo. Me han caído bien. Quiero que vengan a mi casa un rato.
-¿Tienes piscina?- me pregunta Katie.
-¡Sí!-digo.
-¡Oh, qué bien!-contesta Dianna- ¿Dónde vives?
-En Via Corso de Génova, 8.
-¿A qué hora quedamos?
-¿Os va bien a las 5?
-Estupendo.
Seguimos las rutinarias clases, aunque me distraigo más con la bb que no con otra cosa. Al acabar, dejo las cosas en la taquilla, me voy a por mi moto y me encuentro a alguien detrás de mí. Es… Fabian.
-¿No quieres tus llaves?
-Ya las tengo, gracias-digo sin mirarle y cogiendo mi casco personalizado para la moto.
-¿Tienes que hacer algo esta tarde?
-Sí.
-¿Y mañana?
-También.
-¿Y pasado?
-Mira, para ti tengo todos los días ocupados-le digo subiéndome a la moto-vete a tirarle los trastos a otra gilipollas.
Y me voy dejándole ahí tirado. Al llegar a casa, está Angelo comiendo cualquier cosa en la cocina. Yo me preparo una ensalada y pollo a la plancha. Me siento junto a él.
-¿Qué tal tu primer día de clase?-le pregunto.
-Bueno, podía ser mejor. Pero bien. He conocido un par de tíos y bueno tenían What’sApp así que nos hemos pasado los teléfonos.
-¿Quiénes son? Por curiosidad.
-Luca y Fabian.- ¿Fabian? MIERDA.-este último tiene una bb tope rara. Es de color azul marino.
-¿Ah sí? Qué bien-dije cagándome en el tío.-bueno me voy a cambiar.
-¿Vas a ir a la piscina?
-Sí, y vienen unas amigas así que cuando vengan, las abres.
-Eh, que no soy tu chacho ¿eh?
-Calla.
Me voy a mi cuarto. Las ventanas estaban abiertas. El sol lo iluminaba todo. Me puse mi bañador negro que quedaba fenomenal con mi bronceado y una camisa ligera de playa. Hablé con gente por la bb hasta que me aburrí, así que me estiré en mi gran cama a escuchar música de mi Ipod. De golpe, sonó el timbre. ¿Ya eran las 5? Me esperé a que llegaran mis invitadas mirando el teléfono hasta que entró Katie. Solo Katie. Mi hermano se quedó fuera. Me preguntaba dónde estaría Dianna.
-¡Hola Katie!- sonrío.
-Hola.
Me pongo a dar vueltas en mi habitación buscando mis gafas de sol y la toalla.
-Dianna dice que llegará en 10 minutos- dijo.
-Ponte en bikini que es mejor que vayamos ya para fuera.-digo.
Dejó su bolso marrón y su ropa en mi cama.
-Me gusta tu bikini- dijo.
-Gracias. A mí el tuyo, tienes un buen cuerpo, eh. ¿Qué tienes muchos rollos?-me interesé en saber más de ella.
-Bueno, mi cuerpo no es nada del otro mundo comparado con el tuyo, eh! Y los chicos son como tazos, los colecciono.
Reímos al mismo tiempo.
-¿Y eso?
-Porqué son todos unos capullos.
-Sí, bueno.
-Seguro que tú eres más seria, no creo que te vayan a criticar tanto como lo hacen conmigo.-me dice.
-¿Sí?
-Sí, tienes cara de santa. Seguro que los chicos te irán detrás a pares.
-Bueno, me acabo de mudar y todavía no he conocido a ningún chico.-mentí, pero no sabía cómo explicarle lo de Fabian. Se lo contaría más adelante.
-Yo he aprendido a pensar como uno de ellos, utilizarlos de manera que te den lo que quieres y después dejarlos tirados.
-Anda, mujer, seguro que eso antes no lo hacías.
-No, porque antes estaba enamorada.
-¿Te rompieron el corazón?
-Lo siguiente. Me sentí tan estúpida por haber sido engañada que pensé en hacer lo mismo que me habían hecho. Ahora soy libre para hacer lo que quiera, cuando quiera y con quien quiera. Me gusta estar soltera, pero a veces necesito alguien que me diga que me quiere.
-Bueno, te entiendo.-su forma de pensar me gustaba. Diferente. Radical. Llegamos a la piscina.
-Me alegro de haberte conocido, no pareces la típica tonta. Pareces segura de ti misma, me gusta. Eres muy simpática.
-Gracias. Tú también me has caído bien desde el principio. Una pregunta de curiosidad...
-Dime.
-El camarero de la otra noche, mmmmm…
-Estube con él toda la noche. Dios mío, es genial.
Empezamos a reír. Entonces llegó Dianna. Fuimos las dos a abrirle la puerta.
-Hola- dijo Jess.
-Hola- dijimos a unísono Katie y yo.
-Oye,¿ tengo sed, te importa si cojo un vaso de agua?
-No, tranquila, la cocina está por allí, a mano derecha, sírvete como si estuvieses en tu casa. Te esperamos en la piscina.
-Estupendo, ahora vuelvo-me dice Katie.
Le enseño un poco la casa y nos dirigimos a la piscina Dianna y yo:
-¿Y que, tienes novio?
- No en este momento.
- ¿Y eso? ¡Con lo guapa que eres!
-Yo no pienso lo mismo. ¿Y tú que tal?
-¿ Que tal de que?
- Eres muy guapa. Seguro que te van muchos al detrás.
- Jajajaja, con Katie es imposible, se los lleva todos. Atrae mucho.
- Es que es guapa. ¿Se los lleva todos? No lo parece.
- Tiene mucho éxito, es más abierta que yo. Yo soy algo tímida... y fea.
-¿Fea? Madre mía, tú no te ves bien, si no se fijan en ti es porque vales demasiado y no se atreven a pedírtelo.
- Jaajajaj seguro.
Entonces llega Katie haciendo carrerilla y se tira a la piscina diciendo:
-¡Veniiiiiiiiiiiiid!!!
-¡ Voooooooooooooy!- chilla Dianna.
Acabamos las tres en el agua y Katie comenta:
- ¿Tu hermano tiene novia?
- Bueno, tenía.
- Ves lo que te decía, Hayley- dice Dianna riendo.
-¿Que sobre que hablabais?-
- Sobre tu éxito con los tíos-.
- Jajajaj ya lo veo.
- Que vaaaa, solo unos cuantos.
- O unos muchos- dice Jess.
- Sisi, vosotras seguro que os los guardáis por ahí.- comenta Katie.
- Yo seguro ajajajajaja- dice.
-Bueno las cosas llegan cuando menos esperas...
- En tu caso las buscas y casi cada semana.
- Bueno para mí no tiene importancia, lo que quiero es evitar a tíos que me rompan el corazón como hizo Kevin.
-¿Quién es Kevin?
-Fue el chico del que me enamoré, ¿sabes?
Y me cuenta toda la historia que pasó entre ellos dos. Y entretanto se nos pasa la tarde. Jess y Katie se tienen que ir, y cuando lo hacen, me voy hacia Angelo que está mirando la tele.
-¿Tu qué con Katie?
-¿Yo? Nada, que está buena.
-Cuidado con lo que haces, hermanito. Estará conmigo todo el año así que contrólate.
-¿Y si se lanza ella?
-Eso ya es otra cosa.
-No me digas lo que tengo que hacer.
-No lo estoy haciendo. Simplemente sé consecuente de tus actos. ¿Dónde está Maxi?
-En su cuarto. Lo he ido a buscar. Mamá y papá llegarán tarde, por cierto.
-Vale.
La verdad es que no tengo ganas de cenar pero me obligo a comerme un melocotón y me voy al cuarto, donde me ducho, me pongo mi pijama y me tiro a la cama a escuchar música hasta que mis párpados se cierran.

lunes, 6 de junio de 2011

4. Dianna: Looking for love.

Las siete y media de la mañana. Mierda, llegaré tarde. Me levanto con prisa y corro al armario a coger cualquier conjunto. Me pongo una camiseta blanca de ganchillo (tipicas de mi estilo vintage) y unos shorts. Me pongo mi colgante favorito, tiene una imagen de la torre Eiffel.  Luego cojo unos zapatos marrones de tacón. Da igual. Cojo un bolso narrón de flores rosas y meto la blackberry, mis rayban Clubmaster y mi ipod ya cargada. Remuevo y encuentro la funda amarilla de mi blackberry que ya tomaba por perdida.
 Le envío un mensaje a Katie: "N me esperes, llgo tarde, n iré en bus". Bajo a desayunar, me cojo una barrita energética que hay en un armario de la cocina y salgo pitando de mi casa. Las ocho menos diez, no llego. Entro y le pregunto a mi padre, que está desayunando si me puede traer. Asiente con la cabeza mientras me dice que no tengo remedio. Le sonrío y entro en su coche.
Cuando llegamos envío un mensaje a Katie: "he llgado guapa xx". Voy hasta la taquilla y mientras recibo su respuesta por el chat blackberry: ''Dianna, t tngo k xplikr lo q psó ayr con Clin<3''.
Después de llegar a la taquilla y dejar mis libros saludo a Katie y a Hayley, que está con ella. La agrego en el chat bb y luego suena el timbre. Hayley me pregunta:
-¿Perdona, sabes dónde està la clase de história?
- ¿¿¿Haces historia??? Cómo yo- le sonrio- Ven que te digo dónde es.
Me despido de Katie mientras le digo, hablamos por la bb. Me sonríe y se va para su clase de química. Debe de ser tan complicado, pero Katie siempre ha sido buena en las ciencias.
Me dirijo a historia con Hayley y le propongo sentarse conmigo. La clase es densa y aburrida así que hablo con ella a través de notitas. Me gusta su letra. Eso me recuerda a Katie que siempre está hablando de estudiar grafología para saber como son las personas por su letra. Por la bb hablo con Katie y me cuenta lo de Colin. Des de que Kevin la utilizara para tirarsela utiliza a los tíos como objetos. No es que no esté de acuerdo con su manera de ser pero yo soy una fanática del amor. Creo en el amor verdadero y supongo que parecerá cursi pero la verdad es que sigo esperando a alguien especial. Aunque parezca raro, aun no me he liado con nadie. Yo no soy precisamente extrovertida, soy algo tímida y me cuesta abrirme a la gente. Cuando la conozco más soy muy simpática y divertida pero al principio me cuesta soltarme.
Al acabar la clase salgo pitando de este lugar infernal y me dirijo a las siguiente y igualmente aburrida clase.
La mañana pasa lentamente y a la salida me reuno con Katie y Hayley. Hayley nos invita a la piscina de su casa y quedamos a las 5. Cada una se va por su lado. Yo llamo a mi padre para que me recoja porque sabia que tenia el día libre. Mi padre tiene una agencia publicitaria muy famosa en todo el mundo, eso le mantiene ocupado, pero intenta el máximo posible pasar más tiempo con él. No contesta. Que remedio, cogeré el autobús.
Una vez en casa como y luego me tumbo en la cama de mi habitación a escuchar música.
¡Mierda! Me he dormido otra vez. Las cinco menos cinco. Ya no llego. Me cambio y bajo corriendo. Salgo de casa y corro hasta la parada del autobus.
Aviso a Katie que llegaré 10 minutos tarde. En el autobus enciendo el ipod y pongo modo aleatorio. Suena la versión de Born this way cantada por Glee. Tengo que reconocer que me obsesiono por todo. Estoy obsesionada por Glee, una serie de comedia americana en la que unos alumnos de una escuela de Lima, Ohio (EEUU) forman parte de un coro. Expresan sus sentimientos, emociones cantando canciones de diversos cantantes como Lady Gaga, Katy Perry, ... Hasta canciones originales. Hacen versiones muy buenas de todas las canciones. La verdad es que para que una serie me guste mucho tiene que llegarme dentro y esta lo ha hecho. Me siento totalmente identificada con la protagonista, Rachel, (que no está interpretada por la típica actriz modelo) que no se siente guapa. Y envidio la historia de amor que tiene con Finn, el otro protagonista. A Katie también le gusta mucho esta serie, y nos pasamos tardes hablando de Glee por teléfono.
Llego a su casa y pico. Tiene una casa muy bonita, me gusta. Me abren Hayley y Katie a la vez. Entramos y me enseña la casa. Tiene una buena decoración y parece muy acogedora. Nos guia hasta la piscina donde me cambio. Katie se va de la piscina a bebe agua. Hayley parece una chica muy alegre y divertida. Congeniamos muy bien.
-¿ Y que, tienes novio?
- No en este momento
- ¿Y eso? ¡Con lo guapa que eres!
-Yo no pienso lo mismo. ¿Y tu que tal?
- Que tal de que?
- Eres muy guapa. Seguro que te van muchos al detrás.
- Jajajaja, con Katie es imposible, se los lleva todos. Atrae mucho.
- Es que es guapa. ¿Se los lleva todos? No lo parece.
- Tiene mucho éxito, es más abierta que yo. Yo soy algo tímida... y fea.
-¿Fea? Madre mía, tu no te ves bien, si no se fijan en ti es porque vales demasiado y no se atreven a pedírtelo.
- Jaajajaj seguro.
Entonces Katie llega Katie haciendo carrerilla y se tira a la piscina diciendo:
-¡Veniiiiiiiiiiiiid!!!
-¡ Voooooooooooooy!- chillo y me tiro detrás de ella.
Acabamos las tres en el agua y Katie comenta:
- ¿Tu hermano tiene novia?
- Bueno, tenia.
- Ves lo que te decía, Hayley- digo riendo.
-¿Que sobre que hablabais?-
- Sobre tu exito con los tios-.
- Jajajaj ya lo veo.
- Que vaaaa, solo unos cuantos.
- O unos muchos- digo riéndome y me hundo en el agua haciendo burbujitas con la boca.
- Sisi, vosotras seguro que os los guardáis por ahí.- comenta Katie.
- Yo seguro ajajajajaja- digo
-Bueno las cosas llegan cuando menos esperas...
- En tu caso las buscas y casi cada semana
- Bueno para mi no tiene importancia, lo que quiero es evitar a tíos que me rompan el corazón como hizo Kevin.
Me sumerjo otra vez y desde abajo observo a Katie y Hayley con la visión borrosa. Supongo que Katie le cuenta toda la historia del imbécil de Kevin.
Estamos un buen rato hablando hasta que se hace tarde y veo un mensaje de mi madre para que vuelva pronto. Son las ocho y media. Katie también tiene que marchar. Nos despedimos de Hayley y caminamos juntas hasta la estación del autobus. Ella coge uno y yo me quedo esperando porque el suyo va en la otra dirección y no llega hasta mi casa. Enciendo el ipod y pongo la canción de Don't stop believing cantada Glee. Ya está oscureciendo, se nota que el verano está acabando y la noche empieza a ganar terreno al día.
Llego a casa agotada, mi madre me dice que que quiero de cenar después de darme un beso. Está muy contenta y sonriente. Seguro que todo le ha ido bien en el trabajo. Mi madre es una diseñadora de moda con marca propia muy famosa. Cenamos y después de darle las buenas noches a mis padres y mi hermana me subo a mi habitación. El lugar de la casa dónde tengo intimidad. Me ducho y rendida por el agotamiento me meto en la cama y cierro los ojos para intentar dormir.

miércoles, 2 de marzo de 2011

3. Dianna: Nuevas amistades

Mientras el coche de mi padre avanza hacia Starbucks, voy observando Milano a través de la ventanilla. Es de noche y las luces del centro embellecen la ciudad. Paso por la galeria de Victor Manuel II. Está rebosante de gente. Siempre lo está. Cuando llego a mi destino, le doy las gràcias a mi padre, un beso y salgo del coche. Hace calor. Entro y busco a Katie con la mirada. Está alli, en el fondo, sentada en una mesa, pensativa. Me dirijo hacia ella y veo como alza la mirada y me saluda. Me siento delante suyo y le pregunto:
 -¿Que tal?
 -Muy bien - me sonríe
-Me alegro
-¿Y tu que tal el primer dia? Es que casi no hemos coincidido. ¿Es muy difícil el científico, no?
-De momento no - me dice - ¿Todo bien por el social?
-Si. Ah por cierto, te tengo que contar algo muy fuerte.
-Explica.
-Se ve que Gin ha conseguido entradas para ver, este sabado, el pase de modelos otoño-invierno de Valentino.
-Paso de ir con esa tia, lo siento pero ya sabes que la odio - hace una mueca de asco y pongo los ojos en blanco
-Que mania...
-Además este sabado tengo una fiesta.
-Ah, bueno da igual - le sonrio
La verdad es que nunca he entendido porquè Katie y Gin nunca se han llevado bien. Hablamos sobre una futura fiesta que pienso hacer en mi casa y sobre sus nuevas botas de Chanel. De golpe veo el sueño de cualquier chica amante de Gucci: El bolso de edición limitada de 2010. Paré a la afortunada que lo llevaba.
-¡Dios mio! ¿és ese un bolso de Gucci de edición limitada 2010 con tan solo 200 existencias en el mundo?- le digo emocionada.
Me sonríe.
-Sí, sí que lo es. Mi madre me lo consiguió hace un tiempo.
-¡Me encantaaaa!- era precioso
-Bueno, mi madre tiene contactos. Por cierto, ¿vais al instituto di Brera?
-Sí, ¿Por qué?-dice Katie.
-Creo que os he visto este mediodía- Nos describe tal y cómo ibamos vestidas durante el día y que ella también iva a ir al instituto di Bera.
Un camarero se choca con la chica y él camarero le dice:
-Perdone, pero está usted en medio.
-Perdone, pero déjeme en paz, ¿quiere?-le dice descaradamente
¡Pobre camarero!
-Ven, siéntate.- le digo olvidandolo.
-¿Seguro? ¿No molesto?
-No, no, al contrario.-le digo sonriendo y me presento-Soy Dianna.
Deja el bolso en la silla que sobra, y se sienta.
-Encantada, yo soy Hayley.- se presenta ella también.
-Yo soy Katie.
-Encantada también, Katie.
-Pobre camarero, ¿no crees?-le digo volviendo a ese tema.
-A mí me da igual. No era el rubio ese que hay en la barra.
-¿El rubio?-dice Katie mostrando mucho interés. Le lanzo una mirada de interrogante que ella responde con una de luego te cuento.
-Sí, no paraba de mirar hacia aquí, y he preguntado por vosotras porque no paraba de miraros… Cuando iba a pagar, ha dicho no se que de la chica de la camiseta de tirantes verdes, y creo que habla de ti.
-¿Y luego que ha dicho?
-Nada, se ha callado y me ha cobrado la Fanta. Es guapo. Bueno, acabo de llegar a la ciudad, así que podéis contarme un poco sobre Milán.
-Por supuesto- le sonrío
Le cuento los sitios más interesantes que hay en Milan como el Duomo... Y le hablo de como es nuestro instituto. Veo cómo Katie se hace señas con el camarero del que Hayley hablaba. Finalmente le hablo de los mejores centros comerciales y donde se encuentran las mejores tiendas
-...y un buen sitio para ir a comprar es Corso Vittorio Emanuele con Piazza San Babila, ¿no Katie?
-¿Qué? Sí, sí...
-¡Qué nombre más largo! Bueno pues ya me pasaré por allí. Espero que haya marcas como Gucci...
-¡Pues claro que sí! 
Le suena el teléfono. Contesta. Aprovecho para aclarar una cosa con Katie.
-¡Tu! ¡Ya me estas contando que ocurre con ese camarero! Llevas un buen rato haciéndote señas con él - le digo
- ¡No te parece monismo! Antes me ha pedido el teléfono
- Uaah, que fuerte! Te vas a liar con él, no?
- Liarnos... y lo que surja- me dice sonriente
- Je je. ¿Y quieres algo serio?
Cuando abre la boca para responder Hayley la interrumpe y dice:
-Perdonad pero es que me tengo que ir, que mi madre me mata. ¿Sabéis por casualidad dónde esta la calle Via Corso di Génova?
-Por supuesto,- 
Le damos indicaciones correctas y nos despedimos de ella.
-Mañana nos vemos, ¿no?- pregunta
-Sí, hasta mañana.
-Adiós.
Se levanta y se dirige hasta la puerta:
- Es simpática, ¿no?- comento
- Si, pero no me gusta que mire a Colin.
- Ah, con que el camarero se llama Colin. Parece un nombre chino - me río
- Que dices, pero si es un nombre americano- se ríe también
- Nada, tonterías mías
Me sonríe.
-¿ Bueno, quieres algo serio con él o no?
- No.
- Vamos, de usar y tirar.
La verdad es que Katie no es de tener relaciones serias. Se lía con uno, luego con otro... En eso es opuesta a mi. Me suena la bb, un mensaje de mi padre: "Es muy tarde, deberías volver a casa". Me dispongo a responder pero recibo otro "mejor te paso a recoger, estoy allí en dos minutos".
-¿Katie, quieres que te lleve mi padre?
- No gracias, prefiero ir andando.
Pagamos la cuenta al camarero y salimos. Katie me hace compañía hasta que llega mi padre. Me despido de ella y entro en el coche.

domingo, 20 de febrero de 2011

3. Hayley: Encuentro.

Las veía hablar con mucho entusiasmo, y me volvió a salir una sonrisa. Decidí ir a por algo en la barra para hacer tiempo, así que fui hacia la barra; pasé por delante de ellas y una me observó atentamente. Al llegar a la barra, me las quedé mirando. Susurraban algo por lo bajo y me miraban de reojo.
-Bueno, ¿qué quieres?
Me giré bruscamente. Un chico rubio, bastante guapo me estaba mirando. Vi que se llamaba Colin.
-Bueno, Colin, quiero una Fanta de naranja sin hielo.
-Voy.-Se quedó un rato mirando a las dos chicas de la mesa-
-Perdona, ¿sabes por casualidad quién son esas chicas de allí?
-No, lo siento. Toma, aquí tienes-me dijo con una sonrisa en la cara-1,75, por favor. Pero la de la camiseta de tirantes…
-¿Qué?
-No, nada.
-Ah, bueno.
Pago la Fanta y vuelvo a buscar sitio. Al pasar por delante de ellas otra vez, una me paró cogiéndome del brazo.
-¡Dios mio! ¿és ese un bolso de Gucci de edición limitada 2010 con tan solo 200 existencias en el mundo?- me dijo emocionada y me miró con una sonrisa en la cara.
Me quedé parada. Le sonreí al responder:
-Sí, sí que lo es. Mi madre me lo consiguió hace un tiempo.
-¡Me encantaaaa!
-Bueno, mi madre tiene contactos. Por cierto, ¿vais al instituto di Brera?
-Sí, ¿Por qué?-Salta la chica de los tirantes; había estado callada todo el rato.
-Creo que os he visto este mediodía- y les describí como iban vestidas al mediodía y les conté que yo también iba a ir.
Un camarero que pasaba rápido por allí chocó conmigo, y me dijo:
-Perdone, pero está usted en medio.
-Perdone, pero déjeme en paz, ¿quiere?-le suelto.
El camarero se fue a regañadientes.
-Ven, siéntate.
-¿Seguro? ¿No molesto?
-No, no, al contrario.-me dijo la del bolso-Soy Dianna.
Dejé el bolso en la silla que sobraba, y me senté dejando la Fanta en la mesa.
-Encantada, yo soy Hayley.
-Yo soy Katie.
-Encantada también, Katie.
-Pobre camarero, ¿no crees?-me dice Dianna.
-A mí me da igual. No era el rubio ese que hay en la barra.
Katie vuelve en sí.
-¿El rubio?-me mira.
-Sí, no paraba de mirar hacia aquí, y he preguntado por vosotras porque no paraba de miraros… Cuando iba a pagar, ha dicho no se que de la chica de los tirantes, y creo que eres tú la chica.
-¿Y luego que ha dicho?
-Nada, se ha callado y me ha cobrado la Fanta. Es guapo. Bueno, acabo de llegar a la ciudad, así que podéis contarme un poco sobre Milán.
-Por supuesto
Jessica empezó a describirme sitios de Milán. Al principio, le seguía el hilo muy interesada, pero al ver de reojo a la que se llamaba Katie me despistaba; no paraba de hacer gestos raros, hasta que vi que se los hacía al chico de la barra. Me cayó bien desde el principio Dianna; era simpática, agradable y muy habladora; parecía conocer Milán como la palma de su mano. En cambio Katie, parecía su polo opuesto; más sencilla, independiente, pero también parecía divertida y se lo estaba pasando bomba haciendo gestos al camarero llamado Colin. Y me sorprendió mucho que siendo tan diferentes fueran tan amigas. Me gustó mucho la idea.
-...y un buen sitio para ir a comprar es Corso Vittorio Emanuele con Piazza San Babila, ¿no Katie?
-¿Qué? Sí, sí...
-¡Qué nombre más largo! Bueno pues ya me pasaré por allí. Espero que haya marcas como Gucci...
-¡Pues claro que sí!
Me empiezó a sonar el teléfono, con la canción de Bumpy ride, de Mohombi. Contesté a la primera, mientras Dianna y Katie hablaban de algo.
-¿Sí?
-Mamá dice que dónde estás-es Ángelo, con mal humor-dice que vengas.
-¿Y por qué me llamas tú?
-Porque ha vuelto a perder el móvil, y además ¿tienes algun problema si te llamo yo?
-Sí, muchíssimos.
-Déjame, ¿quieres? no me toques los...
Ya había colgado. Miré la hora; las doce.
-Perdonad pero es que me tengo que ir, que mi madre me mata. ¿Sabéis por casualidad dónde esta la calle Via Corso di Génova?
-Por supuesto,-.me dijo Katie.
Me dieron las indicaciones y me despedí de ellas con un par de besos en la mejilla.
-Mañana nos vemos, ¿no?
-Sí, hasta mañana.
-Adiós.
Me fui hacia la puerta. Me giré para verlas y despedirme por última vez pero cuando lo hice ya estaban hablando de algo.
Al llegar a casa, mi madre me preguntó que había estado haciéndo.
-Nada, vaguear.
-De acuerdo, buenas noches. Tu padre y tus hermanos ya están en la cama.
-¿Y tu?
-Estoy buscando mi telefono.
-¿No te lo habrás dejado en otro bolso?
-¡Pues claro! Esta mañana me lo he cambiado... Gracias, cariño.
-De nada, buenas noches.
Al subir, me topé con mi hermano mayor.
-Cuando te he llamado, parecía que estuvieras en un bar o algo así.
-Sí, y ¿qué?
-Nada.
-Pareces tonto.
-Y tu tambien.
-Pero lo tuyo es un problema muy grave. Lo mío no.
-Vigila lo que dices, y lo que haces... se me pueden escapar varias cosas de ti a papá y a mamá.
-Yo también lo puedo hacer.
-Yo sólo te aviso, niñata.
-Subnormal.
Se empezaron a oír pasos en las escaleras. Venía mamá. Nos hicimos una mirada amenazadora antes de entrar de puntillas en nuestras respectivas habitaciones.



viernes, 11 de febrero de 2011

2. Hayley: Traslado.

La casa dónde íbamos a vivir, era más grande que la de Nápoles. Sólo llegar a la calle Vía Corso de Génova, vi que todas las casas eran iguales, de color blanco y la fachada oscura; tenían grandes ventanales, y grandes puertas. Nuestra casa era la número 12. Un gran jardín vallado nos daba la bienvenida, con sus flores bien cortadas y sus árboles fruteros que se veían entre los trozos de la valla, y eso me hizo pensar que la calle tenía un jardinero propio, con llaves, que te cuidaba las flores y los árboles de la casa. Vi de reojo como el camión de mudanzas, que llevaba algunas maletas, papeles de papá, cuatro muebles, mi Vespa de color azul de edición limitada y la moto de Ángelo, aparcaba detrás de nuestro coche. Al parar el motor, bajé la primera, y me arreglé el vestido de flores con las botas de tacón marrón que había decidido ponerme esa mañana. Cogí mi bolso a conjunto con las botas, y me dirigí a la casa. Maxi vino detrás de mí.
-Es enorme, ¿eh?
-Sí-me contestó- ¡yo quiero la habitación del desván!
Se fue corriendo a mamá a decírselo otra vez.
-No. Ahí pondremos la sala de juegos y la lavadora y la secadora…
-Pero yo quería…
-Aún tienes ocho años. De momento, mando yo hasta que te vayas de casa. Tú dormirás en la habitación de delante de tu hermano.-le enseñó los planos de la casa que había llevado entre las manos todo el viaje, señalando dónde estaba su habitación.
Mi padre, cerró el coche, y se sacó del bolsillo las llaves de la casa, y nos dio las copias a Ángelo, a mí y a mamá. Luego, se fue a la puerta y abrió la que daba al jardín. A pasar, pude apreciar que había una mesa con sus 6 respectivas sillas barnizadas. En ese momento, el sol estaba al otro lado de la casa.
-Ése ventanal, es de nuestro dormitorio.-todos miramos hacia arriba. Las persiana estaba bajada- y el de al lado, es el tuyo, Maxi.
La puerta de entrada de la casa estaba a la derecha, y a la izquierda de ésta, había otra ventana. Mi padre respondió a mi duda señalando hacia allí:
-Ése es mi despacho.
Al entrar en la casa, había una entrada ya amueblada con una mesa antigua y una planta, y cuatro cosas más con una puerta al lado derecho que estaba entreabierta.
-Esta puerta es un armario para colgar los abrigos cuando lleguemos. Ahora no hará mucha falta pero cuando llegue el frío, será muy cómodo.
La puerta del lado izquierdo supuse que llevaría al despacho de papá. Cuando salimos de la entrada, entramos en la sala de estar. Tenía un aire todo de antiguo con un toque moderno. Era muy grande, con un gran sofá dónde te podías estirar y Maxi no tardó en hacerlo. Había una gran televisión de plasma de unas 60 o 70 pulgadas. Todo el suelo era de parquet. En un pequeño rincón había una puerta que debía ser el baño, y cerca de ésta, otra puerta que ponía:”garaje”. Al fondo de todo, había una puerta de cristal corredera que dejaba pasar todo el sol de mediodía. Al acercarme, vi una amplia cocina y una gran mesa para comer. Detrás de la puerta, vi una piscina, sillas para tomar el sol, una sombrilla…y todo el suelo recubierto de hierba verde y bien cuidada. A la izquierda de todo del salón, había las escaleras que llevaban al piso de arriba.
-Hayley, tu habitación es la del fondo del pasillo, y Ángelo, la tuya la de la derecha.-dijo mi madre.
Así que subí las escaleras, y pasé por las habitaciones. La primera a la izquierda, era el baño de Maxi y Ángelo. Después, más adelante, y también a la izquierda, estaba la habitación de mi hermano pequeño, y al lado, el dormitorio de mis padres. Delante de éste, el baño que les tocaba a ellos. Al lado de éste baño, estaba la habitación de Ángelo, y, al fondo de todo, mi habitación, con mi baño al lado. Al entrar, me quedé fascinada. Todo era luz que venía de un ventanal enorme con unas simples cortinas (las persianas estaban subidas). Pero ese ventanal salía fuera de la casa casi. Era en forma de medio círculo, con un sofá en el que echarse a mirar la puesta del sol al atardecer. Mi cama era de matrimonio: un sueño que en Nápoles no había conseguido nunca. Un gran escritorio vacío y listo para ser llenado de papeles, mi ordenador y mi impresora estaba a un lado del ventanal. Los colores eran suaves en aquella habitación, con tonos grises claros y blancos, todo amueblado como quería del catálogo del IKEA. Y, cómo no, al otro lado de la cama, en la pared, había dos puertas juntas correderas. Cuando las abrí, sonreí. Era mi armario. Era un pasadizo lleno de colgadores para la ropa y estanterías, y al final de todo, un sitio para poner todos mis zapatos, y otro estante para mis joyas y accesorios. Además, estaba todo lleno de espejos y luces. Oí un ruido fuera. Era Maxi.
-Mamá dice que vayas a por tus maletas.
-Te doy 10 euros si me las traes tú.
-Vale.
Y se fue corriendo a por mis grandes, pesadas y cargadas maletas. Cuando acabó, estaba exhausto, pero sonrió cuando le di su recompensa. Al irse, entró mi madre, Isabella.
-¿Qué te parece, cariño?
-Es preciosa. Gracias, mamá.
-De nada. Estoy abajo, por si quieres algo. Vamos a pedir una pizza.
-Vale, gracias.
Y me dejó sola. Miré mis 6 maletas. Miré mi armario. Había mucho por hacer.
El deshacer las maletas me llevó toda la tarde. Ni siquiera comí la pizza que habíamos pedido. Como no tenía nada que hacer, decidí hacer una vuelta por ahí. Me fui a mi armario, lleno de ropa, zapatos y complementos;  me decanté por algo plano en cuanto a zapatos. Me puse mi camiseta de tirantes gris con un corazón, unos shorts y un pañuelo gino en el cuello, y mis converse altas negras. De pulseras, me puse una de tachuelas de Diesel.  Me dejé el pelo medio rizado tal y como estaba. Luego, fui a los bolsos; cogí uno de mis favoritos: uno gris, que se podía colgar o llevar a la mano, con algún detalle. No me gustaban los demás bolsos de Gucci y mi madre acertó al conseguirme este bolso de edición limitada de Gucci con tan solo 200 existencias en el mundo, edición 2010. Puse todas las cosas en el bolso. En el lavabo me pinté la raya de abajo y me puse algo de base. Bajé por las escaleras con rapidez y dije:
-Voy a dar una vuelta. Vuelvo enseguida.
-Vale pero no…
Ya había cerrado la puerta. Empecé a andar…Milán se parecía bastante a Nápoles. Solo se diferenciaban en que una no tenía mar. Vagué por las calles hasta que me cansé, y busqué un bar donde parar a tomar algo. Y lo encontré: Starbucks. Era acogedor, así que entré. Miré en todas partes en busca de algún sitio libre; y no lo había. Fui dando vueltas hasta que, después de haber visto las mismas caras 6 veces, 2 caras en concreto me llamaron la atención. Eran dos chicas, bien vestidas a mi gusto, que tenían un cierto parecido a las que había visto éste mediodía. Las miré un rato más. En efecto, eran ellas.

2. Dianna: Afición por Vintage

La profesora Coratella escribe una ecuación que parece muy complicada. Esta emocionada explicándonos su significado que tiene y cómo se resuelve (siempre es así). Yo sólo veo números desordenados y sin sentido. Mi aburrimiento es tan grande que empiezo a coger sueño y mis ojos empiezan a cerrarse. Entonces suena el despertador. Bueno, es lo que a mi me parece pero al ver que una multitud de adolescentes empiezan a levantarse de sus sillas despierto y me doy cuenta de que ha sonado el timbre. Reacciono rápido y cojo mi bolso y los libros. Salgo y me dirijo a mi taquilla. Dejo los libros y veo que la sombra de ojos se ha medio quitado. Decido retocarmelo. Suerte que tengo un espejo al fondo de la taquilla.
-Jess!- oigo la voz de Katie detrás mio
-¿Qué tal?- le pregunto
-Bien, bien- dice.- ¿Tu?
-Muy bien!
Me retoco la raya y oigo cómo se me cae algo. Creo que es mi brillo de labios rojo-Ten, se te ha caído.
-Gracias-contesto.
Me pinto los labios y me giro hacia ella. Esta colocando los libros en su taquilla-Oye, ¿quieres quedar esta noche para tomar algo?- le pregunto.
-Vale, ¿después de cenar te va bien?-me dice
Me dispongo a responderle pero suena mi bb. Es Ginevra. Le hago una seña con el dedo a Katie y esta asiente. Contesto
 -¿Si?
 - ¡Tia! ¿sabes que he conseguido entradas para el pase de modelo otoño-invierno de Valentino para este sábado?
 -¡Dios mio! ¿Al final tu madre ha podido conseguirlas? Es genial. ¿Oye y porque no has ido al insti?   -Nada, que acabo de llegar de París, el vuelo se ha retrasado... - me responde.
 - Bueno mañana me cuentas cómo ha ido tu viaje.
 -Vale, ok. Nos vemos, besos
 - Bien. Un beso enorme- y cuelgo
Por fin. Por fin veré en directo la nueva colección de uno de mis ídolos de la moda: Gucci. Aun en las nubes vuelvo a la conversión:
-¿Por donde íbamos?- me pregunta.
-Ya no me acuerdo.
-¿A que hora quedamos esta noche?
-A las once en Starbucks?
-Vale, allí nos vemos. Me voy que tengo que hacer cosas. ¡Hasta luego!- se despide de mi y se va en la dirección al centro. 

Yo también voy al centro, pero en otra dirección. Tengo que ir a comprar un regalo a mi madre. Pronto será su cumpleaños. Voy paseando hasta encontrar una tienda de Prada, la favorita de mi madre. Me dirijo a entrar cuando suena la bb. Es un mensaje de mi padre: "Ves a buscar a tu hermana a la escuela, yo no podré" Siempre igual. Porqué no va su chófer, a claro está de vacaciones. 
Doy media vuelta y empiezo a andar en dirección la escuela de mi hermana. Me pongo mis rayban clubmaster negras, y busco en el bolso un chicle o un caramelo. Nada. Miro mi bb, veintidós mensajes nuevos en el chat de la Black Berry. Voy diciendo hola a unos cuantos pero no doy abasto. Sólo entablo conversación con Gin para hablar sobre el fantástico evento de este sábado, va a ser una noche inolvidable. Sin darme cuenta ya he llegado a la escuela de mi hermana. Y allí está, con su pelo rubio y su vestido de Prada. Mi madre y su obsesión con prada... Viene corriendo a mi pero cómo siempre ni me abraza. Ella es así. Entonces le pregunto:
 - Que Bianca, ¿cómo ha ido el cole?
 -¡Bien! La verdad es que ha sido divertido, hemos ido de excursión al Duomo. Me lo he pasado muy bien.
 -Oh me alegro- le sonrío.
Sin decirnos nada más cambiamos de dirección y nos vamos a casa. Durante el camino me cuenta cómo ha sido la excursión y cómo de fantastico es vestido de Valentino que ha llevado su amiga Àgata. Me río, me hace gracia que casi sabe más de moda que yo y sólo tiene nueve años. Llegamos a casa. Cruzamos el jardín pero no podemos entrar en casa, me he dejado las llaves. Rodeamos la casa, pasamos la piscina que hay junto a una mesa de jardín y una hamaca colgada entre dos arboles. Y llegamos a la puerta trasera. Dentro de una maceta hay escondidas las llaves de esta puerta, entramos y Bianca va corriendo a su habitación a hacer los deberes para que cuando llegue mamá le deje ver los dibujos animados del canal Rai Due... La verdad, si pudiera, se estaría toda la tarde viendo la televisión. 
Voy al comedor a ver si mi padre ya ha llegado, pero está Evan, limpiando. Pobre, tiene mucho trabajo, mi casa es enorme pero está muy bien decorada. Fue decorada por un diseñador muy bueno, mi madre tiene contactos. Tiene tres plantas. Para empezar el comedor es enorme, tiene un gran ventanal que ilumina toda la habitación y que ocupa una pared entera. Da a la piscina. Está amueblado con muebles blancos de madera pulidos. Al lado del ventanal hay un sofá de cuero blanco  y colgado en la pared una televisión de sesenta y cinco pulgadas. Hay una gran chimenea con dos butacas opuestas a esta. También hay una mesa alargada dónde comemos los sábados y domingos. Tiene una gran librería con los libros de mis padres y algunos míos y de mi hermana. Y hay dos balancines para sentarse a leer. Las paredes son de color verde turquesa y el suelo es de moqueta beige. Al lado de esta habitación hay una cocina, bastante grande, con otra mesa para comer los días de cada día. Y continua a la cocina hay un baño con un jacuzzi.
 Subo las escaleras de caracol de vidrio y atravieso el largo pasillo. Paso por la habitación de mis padres que está puesta a la de mi hermana. Arrimo a la oreja, silencio. Abro y veo que se ha dormido. Pobre, está cansada de la excursión, ya hará los deberes con mi madre. Tiene la televisión encendida. Anda que... menudos deberes. Se la apago y salgo sin hacer ruido. Paso por la habitación dónde tengo la piscina climatizada con hidromasaje. Des de la puerta de cristal que me separa de esa habitación puedo ver las escaleras que llevan al gimnasio, en el tercer piso. Paso de largo y después de pasar por una habitación de invitados con a mi dormitorio. Entro. Para mi es la mejor habitación de la casa. Tiene lavabo propio con una ducha con hidromasajes y un jacuzzi. Es de nivel partido. La mitad de la habitación és donde tengo el escritorio con mi ordenador, una librería con los libros que no caben a la del salón y un sofá en frente de la televisión de cuarenta pulgadas. Tengo un baúl dónde guardo las cosas más importantes para mi, cómo un álbum de fotos, dedicatorias de mis amigas,...Hay una puerta de cristal que da a mi fantástico armario. Es una habitación. Dentro, tengo una zona para los vestidos de fiesta, otra para las blusas y jerseis de día a día, otra para los zapatos, otra para los bolsos...Mi vestuario es normalmente vintage, y a veces retro. El caso es que a la mitad de la habitación hay cuatro escalones que te llevan a otro nivel dónde tengo la cama, de matrimonio, por supuesto, con unas sabanas de colorines. La cama está arrimada a la pared opuesta a un gran ventanal que está situado encima del ventanal del comedor. Mi habitación está cubierta por una moqueta blanca y las paredes están pintadas de un color azul pastel. Evan ha dejado mi habitación impecable, la verdad, no se que haría sin ella.
Voy a mi escritorio y cojo un libro que hay en una estantería . Me tumbo en el sofá y me pongo a leer. 
Sin darme cuenta van pasando las horas. Y me doy cuenta de que en media hora he quedado con Katie. Entro en el armario y me dirijo a elegir la ropa. Un vestido, mm no... Decido ponerme un conjunto estilo marinero: una camiseta de tirantes roja, unos shorts altos de tiro de rayas blancas y negras. Me pongo unas unos zapatos de charol rojos. Me pongo una boina negra de cachemir.  En el lavabo me retoco otra vez el maquillaje y cojo un bolso azul marino. Me pongo un colgante en forma de ancla, regalo de mi abuela en mi ultimo cumpleaños. Cojo mi bb y mi monedero. Voy a la habitación de mi hermana y me despido de ella.
-Pronto llegará papá, no abras a nadie, tiene llaves- espero que no me riñan por dejarla sola.
Bajo las escaleras de caracol y salgo de casa. En ese momento llega mi padre. Mi madre va con él, la habrá recogido del trabajo. Los abrazo. Mi madre me dice:
 -¿Dónde vas tan guapa?- sonríe 
 -Nada que he quedado con Katie en Starbucks.
 -¿Te llevo?- dice mi padre
 -¡Gracias papi!
Entro en su mercedes y veo como el coche, ya en marcha, empieza a moverse en dirección al centro.  

sábado, 5 de febrero de 2011

1. Hayley: Nostalgia.

Milán. Cuando oí el nombre dentro del coche me sobresalté. Allí es dónde íbamos; aún no entendía por qué teníamos que mudarnos allí. Bueno, en verdad sí que lo sabía: por el trabajo nuevo de mi padre. Le habían asignado esa ciudad para hacer los negocios de la empresa para la que trabajaba. Parte de mí quería empezar en un sitio nuevo, pero había otra que estaba asustada por el hecho. Yo era de Nápoles, un lugar costero, lleno de gente, caluroso en verano y frío en invierno. Había dejado allí a todos mis amigos, aunque los que realmente me importaban se podían contar con los dedos. Milán, en cambio, estaba en el centro de Italia. Eso no me gustaba porque a mí me encantaba el mar. Ir a la playa desde Milán iba a ser más complicado. En Nápoles, mi casa estaba delante de la playa; en verano, bajaba las escaleras traseras de mi casa con mi bolso y mi toalla, y ya estaba allí. Para cuando volvía de ella, tenía una ducha nada más entrar en la terraza trasera, así no manchaba nada.
Al entrar en la ciudad, hasta las calles más lejanas estaban a rebosar de gente que a mediodía acababa su jornada laboral matutina. Saqué mi bb del bolsillo, con su funda verde pistacho, y miré la hora. Eran las 12:31 del mediodía. La calle donde nos íbamos a instalar, se llamaba Via Corso de Génova, aunque no tenía muy claro qué número era. Hoy, en teoría empezaba las clases en el colegio nuevo, Instituto di Brera, y aunque mi madre me hubiera dejado los papeles del colegio en mi mesita de noche, no me los había ni mirado. Tenía a mi hermano mayor al lado, cabreado con mis padres por el traslado; había tenido que dejar a su novia de Nápoles, y se había pasado todo el viaje callado. De golpe saltó:
-¿No hemos llegado ya?-dijo a regañadientes-estoy harto del coche, joder.
-Ángelo, compórtate y cállate-dijo mi padre.
-No.
-¿Qué parte de que te calles no has entendido?- le espeto.
Ángelo y yo no teníamos mucha diferencia de edad; apenas un año, pero eso hacía que Ángelo se sintiera mayor que yo. Siempre discutíamos por todo, pero es que no lo soportaba. Iba de listo y guapo, y más de una amiga mía se había llevado un disgusto con él. Ángelo era guapo. Era el típico rubio de ojos claros con un buen cuerpo. Jugaba al rugby en la escuela a la que íbamos antes. Era un chico perfecto. Pero se lo creía demasiado a veces.
-A mí no me hables así.
-Ángelo y Hayley, callaos los dos, que despertaréis a Maxi.
Maxi, era como llamábamos a nuestro hermano pequeño, de 8 años, que se había quedado dormido después del largo trayecto, aunque su nombre completo era Massimiliano. Maxi, no se parecía a mi hermano mayor. Era morenito tirando a rubio ceniza, con algún mechón rubio. Tenía el pelo corto, pero se había encaprichado en dejárselo largo por detrás.
Pasó un rato, y mi padre nos dijo que tenía que ir al despacho dónde trabajaba, a dejar cuatro cosas.
-Así, pasaremos por el colegio dónde haréis bachiller. ¡El Instituto di Brera!
-Será fantástico, y es el mejor colegio de Milán.
-Genial- dije.
Ángelo permaneció callado.
Mi padre se estuvo en ése despacho más de hora y media. Nos asamos dentro del coche al principio ya que mi madre no sabía cómo poner el aire acondicionado de ése coche. Acabamos a gritos y despertamos a Maxi, cosa que no le gustó mucho. Luego, éste apretó el botón del aire correcto, ya que había visto a papá hacerlo y todos nos alegramos bastante por dentro de que corriera el aire. Vino al coche mi padre con unos cuantos papeles que dio a mi madre, encendió el coche y fuimos a nuestro instituto. Volví a sacar mi Blackberry para consultar la hora: las 2. En ésos momentos estarían saliendo todos los estudiantes. Al llegar, vimos que era un instituto enorme con muchísimos estudiantes saliendo de él. Había de todo: jugadores de fútbol, de básquet, chicas con papeles en los brazos y bolsos (y con sus bb)...gente de todo tipo. Pero lo que me llamó la atención de verdad, eran dos chicas que iban de las últimas, una con una blusa blanca, unas mayas tejanas y unos botines, y la otra iba con unas medias negras y una falda tejana. Llevaba unas botas Ugg. Pude apreciar con dificultad que la de la blusa llevaba un bolso de Gucci. Me sorprendió, y esbocé una sonrisa.
-Mamá, ¿cuándo iremos de compras?-me miré la ropa que llevaba.
-Pero hija, ¡si tienes 6 maletas llenas de ropa! ¡Y encima son de las grandes! Ni siquiera cabía una en el coche y las llevan todas en el camión de traslados.
-Tengo mucha ropa para cada época del año, y me prometiste la habitación del armario grande, ¿lo recuerdas?
-Sí cariño, sí.
En Nápoles, tenía una habitación bastante pequeñita, y para escoger mi ropa tenía que subir al desván dónde guardaba toda mi ropa. Ángelo hizo una mueca y dijo por lo bajo algo sobre mí que no llegué a escuchar.
-Tú, sea lo que sea lo que estás diciendo, cállate la boca.
No me importaba en absoluto lo que pensara Ángelo; me iba a quedar la habitación del armario grande igualmente.

viernes, 4 de febrero de 2011

1. Dianna: Reencuentro.

La alarma me despierta bruscamente. Aun son las seis y media de la mañana. Maldita sea, ¿cómo es que tengo una alarma a esta hora? La apago con mal humor y me meto otra vez en la cama. Estoy media hora con los ojos cerrados dando vueltas. A las siete me levanto, aun adormecida y me dirijo al baño. Me ducho y aun con el pelo húmedo me dirijo al armario a elegir la ropa. Cómo siempre, me estoy un buen rato para elegir que me pondré y más el primer día de curso. Decido ponerme una camisa de flores naranjas y verdes, una falda beige y unas sandalias marrones. Me seco el pelo dejandolo aun un poco húmedo y me dispongo a maquillarme sin tener en cuenta la prohibición de mi padre. ¿Que mas le da si me maquillo o no? Me pongo sombra negra cómo de costumbre y me marco la raya. Miro el reloj: Las siete y media. Bajo a la cocina y me hago unas tostadas con nutella. Mmmm, que ricas. Me tomo un vaso de leche y subo a buscar la mochila con mis cosas.  Me despido de mi madre, mi padre ya se ha ido a trabajar y salgo a la calle.
¡Mierda, me he dejado la bb! Doy media vuelta y entro en casa. Subo a mi habitación y la busco. ¿Donde estará? Ayer dejé mi cuarto más desordenado que nunca, si lo viera mi madre... Busco en el escritorio Aparto todos los libros de estudio y todos los trastos que ayer no me digné ni a colocar. No está. Busco entre el montón de ropa que hay en el armario escondido. Tampoco. Pues claro, debajo de la cama. Efectivamente allí está, debajo de unas medias blancas. Cojo mi bb y entro en el armario en busca de un bolso. Decido coger el bolso beige de Marc Jacobs . Meto la bb y vuelvo a bajar. Envío un mensaje a Katie mientras me dirijo a la parada: Ns vmos n l parada dl bus . Rebusco en el bolso para ver si tengo el ipod. ¡Pues si! La saco. Está algo rayada, debería comprarme una funda. Me dispongo a escuchar música pero en vez de ver el menú de inicio veo un mensaje: Sin batería. ¡Pues que bien!
Que bonito es Milán, normalmente ni me fijo, pero cuando no tienes nada más que hacer, estás más atenta a lo que te rodea. Y sin darte cuenta, ya has llegado a tu destino. Me siento en un banco y me limito a esperar. He llegado la primera. No hay nadie más. Miro mi bb, son las ocho menos diez. Veo que Katie está conectada y me ha repondido: vale!!! xx. Cojo la bb y miro las nuevas notificaciones del facebook y sin darme cuenta veo que en poco tiempo esa desierta parada se ha convertido en una concentración de adolescentes esperando impacientes el autobús. Pero alguien me saluda y empieza a correr hacia mi con los brazos abiertos. Katie. Veo que corre hacia mi para abrazarme y la imito para poder corresponderla.
  - Diannaaaaaaaaaaaa- me dice abrazándome.
  - kaaaaaaaaatiee- respondo con una amplia sonrisa.
El autobús viene. Subimos a él y nos dirigimos a los dos primeros asientos libres que encontramos.
  - ¿Que tal?- le pregunto
  - ¡Mal! No tengo muchas ganas de volver con la rutina de siempre. Cómo estás tu?
  - ¡Bien! Aunque prefiera estar de vacaciones me hace ilusión empezar el bachiller. El problema es que esta ilusión sólo me durará dos días.
  - ¿Y que tal el verano? ¿Te lo has pasado bien en Nueva York?
  - - Ha estado bien cuando no tenia reuniones familiares... Es un rollo estar en la élite de Nueva York. Pero me ha gustado ver a mi abuela. Y he visto cada tio...
Mi madre una diseñadora de moda italiana y conoció a mi padre, que era de la élite de Nueva York  cuando se encargó de dirigir la campaña publicitaria de su marca de moda (es director de una agencia publicitaria). Por eso tengo familia estadounidense.
  - ¡Mola! Pues yo he estado en Hawaii
  - ¿Ostia es verdad, y que tal?
  - Playa, sol, tíos buenos,...
  - Ya me imagino...
Llegamos al instituto. Nos bajamos del autobús y entramos. Miramos el horario de clases. Nos toca filosofía. Nos dirigimos a la clase y una vez allí empieza una larga, aburrida y pesada introducción del curso.